En ANSALUD parte de nuestro programa de atención integral al paciente enfoca la incorporación del núcleo familiar, pues consideramos que su mejoría depende de muchos factores, no solo el tratamiento psiquiátrico, psicológico individual y grupal, sino también tomamos en cuenta todo lo que rodea al paciente, por lo que su FAMILIA es un factor determinante tanto en la mejoría como en el mantenimiento del mismo una vez que se haya egresado del centro.
En ANSALUD OFRECEMOS TERAPIA A LA FAMILIA UNA VEZ A LA SEMANA, lo hacemos a través de un enfoque relacional, se trabaja junto con la familia para resolver tanto conflictos familiares, relacionales, como problemas, trastornos o conflictos en uno de los miembros de la familia.
Siempre que afecta a todos, todos pueden colaborar en la solución.
Ansalud – Unidad de Rehabilitación Mental
En ocasiones, el terapeuta decidirá contar con la colaboración de algunos miembros de la familia o con todos ellos y los citará a consulta individual o semi-grupal, otras veces, incorporara al paciente o citará a los diferentes miembros de la familia, pero siempre tendrá presente las relaciones que el paciente establece con su entorno familiar y trabajará sobre ello.
En todo caso, en Terapia Familiar el proceso terapéutico es similar (en sus etapas e intervenciones) al de la Terapia Individual, con la diferencia de que se trabaja con la familia y las relaciones que el paciente establece en ella, también una de sus ventajas es que permite a los miembros de la familia expresar y explorar pensamientos difíciles y emociones en un ambiente seguro, entender las experiencias y puntos de vista de cada uno, apreciar las necesidades del otro, construir en cimientos más firmes y hacer cambios útiles en sus relaciones y sus vidas.
OBJETIVOS
Las sesiones de terapia familiar en ANSALUD tienen como objetivo corregir la dinámica familiar que se haya convertido en una fuente de dificultades, por eso consideramos que la intervención psicoterapéutica del paciente con los integrantes de su núcleo familiar permite ir modificando las interacciones que agravan o perpetúan el problema. Es decir, a diferencia de la terapia individual, no se trata de cambios de cada uno de los individuos (estos son secundarios) sino de cambios en el sistema familiar de interacción. las terapias familiares estimulan a cada uno de sus miembros a que usen más eficientemente sus recursos de apoyo, lo que sin duda marca un hito para ayudarles a gestionar las fases de transición del egreso de su ser querido de nuevo a su hogar.
Otro de los principales objetivos de la terapia familiar son la mejora del funcionamiento de la familia a diferentes niveles, por ejemplo, aumento de la comunicación, favoreciendo la comprensión mutua y el apoyo emocional entre los miembros de la misma. También favorecemos el desarrollo de estrategias de afrontamiento y habilidades de resolución de problemas ante diferentes dilemas y situaciones que involucran al paciente y su condición, por eso, una vez que el equipo clínico decide incorporar a la familia al tratamiento se inicia el trabajo con ella, lo que hace la diferencia en el nivel de conciencia que adquiere la familia, así como sobre la importancia del cumplimiento del tratamiento psiquiátrico y psicoterapéutico una vez que su ser querido haya sido dado de alta.
La terapia familiar está especialmente indicada cuando el objetivo es mejorar la capacidad de los miembros de la familia para apoyarse mutuamente. Posibilitar que los miembros de la familia tengan un espacio seguro donde expresarse para poder canalizar profesionalmente sus dudas e inquietudes. Además, las terapias permiten al grupo familiar informarse de cómo abordar el tema de la condición mental que aqueja al paciente en cuestión, la terapia les ayuda a conectarse a través del grupo a asumir su realidad, pero de una forma compartida, proactiva y funcional.
Además, se aprovecha el espacio para dar una información sólida y practica sobre la condición mental de su ser querido, lo que le permitirá reconocer a tiempo la expresión de la enfermedad, saber abordar efectivamente posibles conductas disruptivas, propias del cuadro mental del paciente cuando está en las primeras fases de la descompensación y poder así discriminar la aparición de síntomas que están antecediendo una futura crisis, todo lo anterior puede hacer la diferencia para evitar un futuro ingreso.